….no sabía, si
prefería comer hoy una hogaza de pan blanco o si me podía deleitar con algún panecillo
de cereales varios de los que hacia la dama negra, que por cierto, tenía el
Horno a orilla del mar, pero daba igual, cabalgaba junto a Sinfonía, mi yegua
preciosa, desde Marratxí hasta una aldea de Ciutat que estaba cerca de las
rocas marinas. Desmonté a Sinfonía al llegar y eché el lazo al palo de la
entrada, en aquel momento:
-…iiiiihhhiiiiihhhhhiiiiiiiiiiiiiiiiii……
-Relinchó Sinfonía avisándome.
-¡no sabes ná tu! Has visto
tras el cristal de la Panadera todas esas cosas gustosas y claro, ¡no pases
pena que traeré algo para ti! –Le dije con suspicacia al mismo tiempo que
entraba por el portalón del Horno.
- Ding – dong – ding –dong…
-Sonaron las campanillas que había detrás.
- ¡hay alguien ahí! ¡Dama
Negra! –Grite con fuerza, para que se me oyera atrás en el obrador donde
elaboraban el Pan y demás.
-Ya voy, ya voy –Dijo la
buena moza mientras venia corriendo.
-¡hombre, Cisvirer!,
dichosos los ojos. –Contestó al mismo tiempo que cogía un palo de amasar, pero
de los grandes.
-¡no me iras a
sacudir! Porque ya te he visto venir. –Le dije arrascandome la cabeza.
- Venga, que no tengo
todo el día, ¿Qué te sirvo? –Me dijo dulcemente.
-Dame un gran Pan de
Centeno, de esos que a mí me gustan, y para Sinfonía, que la tengo ahí fuera
esperando, dame una ensaïmada de cabello de ángel. –Le sugerí.
-¡Pero cómo le vas a
dar a la Yegua una ensaïmada! ¡Estas chalao! –Me contestó.
-Tu dámelo, que veras
lo poco que tarda en degustarlo, que a esa le gusta mas el dulce que a mí y ya
es decir.
Me lo sirvió, al mismo
tiempo que me miraba con una mirada bastante peculiar y un servidor se quedaba
observando mientras las delicias que allí tenia expuestas………
En los tiempos que
corren y con la que está cayendo, hay que quitarse el sombrero, porque en
aquellos tiempos, mas bien seria el Yelmo, con personas emprendedoras y que
arriesgan lo único que les queda para probar suerte y modo de vida y sustento económico
para sus familias; pues bien, a pesar de ello, hay muchas emprendedoras y una
de ellas y me quito el sombrero es Mercedes Viñas González (mi
Madrina), que ha iniciado el proceso y trámite para gestionar su propia empresa
y vuelvo a repetir con la que está cayendo, pero solo por eso y por eso son las
ganas, la ilusión, la alegría y la motivación, por todas esas cosas tiene que
salir bien y si no sale, a otra cosa, mariposa…
¡Enhorabuena!
P.D. a ver, cuando tengo que hacer:
El Poder de una Inauguración +
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Personas son, las que utilizan palabras sin ánimo de herir sensibilidades u ofender a otros semejantes. Aquel que no respete esta máxima, no hace falta que pierda el tiempo...