….no hace mucho tiempo, en
tierras bañadas por el mare nostrum existía un líder de un ejército que no se
rendía jamás y que aparte de esto tenía a sus hombres, hombres de verdad, al
lado suyo para lo que hiciera falta, pues bien, esas historias las contaba con
todo lujo de detalles el Gregorio, un anciano encordador del Reino.
-¿Qué hace vos aquí sentado en
la verde, fría y húmeda hierba de diciembre? –Le dije a Gregorio, un anciano
encordador de cestas.
-Aquí estoy Cisvirer, con lo
mío, hay que ganarse la vida. –Me contestó.
-Gregorio,
se cierto que vos se ganó la vida honestamente durante muchos años y ahora sus
hijos, nueras y demás le atienden bien, esto vos lo hace porque le apasiona, es
su motor vital, ¡ande entre conmigo en la cabaña! que quiero ver al Pascual y a
sus otros hijos y de paso me cuenta una historia de esas que tanto me gustan al
calor del fuego de la lumbre y con una taza de chocolate caliente, de esas que
prepara su nuera, por cierto, como era aquella historia del Caballero que ondeaba su capa al viento…
Parece que nadie da un duro por Caparrós, cierto es, que estuvieron
en tercera posición al principio de liga y ahora están donde están, pero también
es cierto que queda más de media liga y es la liga de las estrellas..
Un humilde servidor prefiere
mil veces antes a un míster como Joaquín que tener en sus filas a varios
Anormales y caprichosos entrenadores de
equipos grandes como el Madrid o el Barcelona por nombrar a los que más
riquezas tienen.
Y luego está el tema de los
periodistas, que los hay que son muy profesionales sin por ello ser
SENSACIONALISTAS, está claro no, quien más se mete con el míster, mas fans del
tipo agresivo que compran sus diarios ganan y con ello mas gana su patrón y con
ello más ingresos tienen….uf….la pescadilla que se muerde la cola.
Hay
muchos, que les gusta llorar, y llorar, y llorar…parece una canción.
Pasará
a estar de capa caída (como dicen algunos) a estar de capa en alza y ondeando
(como dice un servidor).
Confío
en Caparrós ¿Y ustedes?
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Personas son, las que utilizan palabras sin ánimo de herir sensibilidades u ofender a otros semejantes. Aquel que no respete esta máxima, no hace falta que pierda el tiempo...