….se divisaba el torreón y más arriba el campanario donde
estaba Jacobo, el fraile, a punto de hacer sonar las grandes campanas del
templo.
-dong, dong, dong..
-¡Jacobo! ¡jacobo! ¡jacobo! Este hombre esta sordo. –me dije
para mi, después de haber gritado tres veces su nombre.
-¿Qué pasa cisvirer? –Me preguntó con la parsimonia
natural de los frailes de aquel templo.
-pues que estoy llamándole un buen rato y no hay
forma..-Le contesté.
-como se me escape la campana, entonces sí que te daré
forma.. –me dijo.
-pero Jacobo, ¿no le tienen prohibido hablar así con los
feligreses? –le pregunté dudando de mi mismo.
-primero, que no, si tengo motivos y segundo, no me dirás tú
a mí, que te refieres a ti cuando hablas de feligreses. –me contestó.
-je, je, je……hombre, mirado así, de este templo, no……
Delicias, me
encontraré cuando llegue a la calle Jacob Sureda, 2 en el coll d’en rabassa el
viernes de esta semana.
Delicias, es el
nombre que ha elegido su propietaria para sacar el proyecto adelante.
El domingo 15
de julio, dos días después y en pleno fin de semana, se celebra uno de los
muchos jacobos que fueron santos y uno de los más antiguos fue San Jacobo de Nísibe, que
nació como su nombre indica en nísibe, Mesopotamia y que fue primer obispo de
esta, participando en el concilio de nicea.
Que san Jacobo proteja
a las Delicias.
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Personas son, las que utilizan palabras sin ánimo de herir sensibilidades u ofender a otros semejantes. Aquel que no respete esta máxima, no hace falta que pierda el tiempo...