….recorté distancias por la niebla espesa y blanca que me
llevaba a los caminos más lejanos del Reino, en las tierras de un noble
funcionario del mismo.
-¡dejaaaaaaaaaaaaaamé! –Dijo gritando un campesino que pasaba
con su familia por el camino de cabras.
-¿Qué pasa aquí? –Pregunté a la mujer del campesino, al estar
este exaltado.
-buen Caballero, este noble funcionario no nos deja pasar por el
camino para llegar a la aldea próxima, tenemos que llevar el grano para sacar
algunas monedas.
-Es eso cierto noble funcionario. –Le dije mirándole a los ojos
mientras sus secuaces soldados se situaban cerca de un servidor.
-Es cierto, les he cortado el paso porque este camino es de mi
propiedad y por aquí no pasan ¡son mis tierras! –Me contestó con aires de
grandeza.
-Vamos a ver, noble funcionario, en primer lugar cierto es, que
este camino pasa por tus tierras pero tiene derecho el campesino y su familia a
paso por servidumbre siendo público el paso, en segundo lugar, eso de que “por
aquí no pasan ¡son mis tierras!”, no pasarán por tus tierras como antes te he
dicho, pasarán por el camino público del Reino y que su Majestad el Rey Torl
dispuso así hace años y en tercer lugar, ordena a tus hombres se aparten de mi,
si lo que están buscando son altercados, van a cobrar y que sepa que no llevo
monedas encima…
Increíble pero
cierto, recortan las calles provocando a quien está haciendo lo que ellos hacen
y harían en otras circunstancias, que es, circular por una vía pública (de
todos los españoles).
Toda persona tiene derechos y deberes, creo que estos, al hacer
el corte, se olvidan de los deberes y miran hacia sus derechos continuamente,
cuando familias realmente necesitadas no cometen estos actos innombrables y de
provocación a las personas de buena fe que hacen cosas cotidianas como circular
por los caminos de todos, y, ¡que es eso de romper los espejos retrovidores y
zarandear el coche de una persona que pasa por allí! ¿Así os manifestáis?
Creo que volvemos al Medievo, donde a los que no estaban de
acuerdo con los otros les recortaban la lengua con unas tijeras, donde no
dejaban pasar por caminos en tierras privadas o que decían que lo eran y donde
se imponía el poder, cualquier poder.
La última reflexión de un servidor es bien sencilla, como dicen
los hippies: haz el amor y no la guerra o vive y deja vivir o hakuna matata….
Es el derecho de cada uno hacer o seguir en una manifestación
pero es el deber también, el no enfrentarse con ninguna persona aunque no
coincida con tus pensamientos y opiniones.
....una moza con un vestido de lino y algodón se me acercó y me susurró al oido... |
Un abrazo desde mi humilde blog a:
Marta Sánchez
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